Y también me cuestiono con respecto a lo tuyo
¿Con cuanto desdén aventarás mis cosas al vacío?
¿Cuántas cartas se marchitarán sin florecer por debajo
de tus provenzales alacenas?
Desteñidos rasgos abrazarán ahora árboles envejecidos
y ese “Tu y Yo” que ahora no tiene sentido,
será visto desde otra inadecuada perspectiva
“No son más que cosas de dos enamorados”
¡Hay Dios mío! - Que haya que doblar en cada esquina
tan sólo para cambiar de rumbos cada insomnio.
¿Y por que no pudo ser más fácil que
aquello, que tanto silencio te tortura?
Era tan sólo cosa de revolver la envoltura;
tan sólo cuestión de usar tus dedos para sortear un regalo;
y encontrarte con más de un corazón latiendo a mil;
cientos de pupilas dilatadas durante tus hurgados procedimientos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario