martes

PIENSA- MIENTO Nº 4 PLANTI-AGRADO

Existe eso de plantar un árbol,

¿Pero donde si no es en el lugar propio;

y sin que el vecino después diga lo contrario

por causa del atrevido ramaje invasor?

No me atrevo a hacerlo en otro humus que no sea el propio y con factura,

como podría ser el caso de una cadera en una montaña ajena,

o en la falda de una colina apropiadamente empinada,

y a riesgo de una multa propiciada por otra Agente de la Poesía.

Todo por atreverme a horadar pilchas ajenas.

y sembrar semillas en otros molledos.



Abierto en la tierra un espacio suficiente, inserté sus flojas raíces inertes;

y ya han doblado varias esquinas los transeúntes

mientras crecía apabullante.

¡Y ahí está! frondoso, airoso y cobijante.

Empeñado en romper el silencio con sus inquilinos gorgoriteantes

Ahí me arrimo mientras tanto a leer mi novela preferida;

o a escribir estos últimos versos en la bitácora desorbitante.

¿Son versos? Tengo mis propias dudas,

como las de cualquier otro peatón untando migas en la sartén con aceite y frituras.

Otros menesteres me tientan al cobijo y en sus sombras;

como una siesta que se me antoja en este preciso instante.

Quizás antes pitar un cigarro con brisa que esparza la nicotina humeante,

sobretodo si los niños con sus juegos asoman inquietantes; inquisidores,

arriscando la nariz por este insano apego maloliente.



Este árbol creció desde que era tan sólo una rama flaca;

y hoy otea -¡No sé como lo hace si no posee un catalejo!

Si acaso el tiempo se me va por ahora en mil segundos a la vez,

o vuelve a cobrar la factura y sus intereses por el retraso acumulado.

Ambos hemos sido bastante amistosos entre si;

él por un lado oculta mis lecturas de la letra chica del contrato

y yo alimento sus anadipsias oculares.

Ambos nos cobijamos espacios y sombras;

secretos y lectura; silencio y algo de los asomos terrenales

que a cada instante señalan mis reptiles raíces recientes.





PREMIO EL CUATRIBOL

Mención “Mejor Apostador”

Halló un trébol de cuatro ojos y tres hojas en un macetero olvidado.

Halló una Rosa Hallada de la que se enamoró sellando su amor en una choza calada.

La Asociación de Cuidadores del Zoológico Metropolitano lo puso tras las rejas por su instinto de sobrevivencia y sus largas siestas de pata ancha.

CONQUISTA DE REOJO

Con su quietud propició el encuentro de a dos por dos
sobre la noche,
Y se acordó que fue conquistada de reojo
en el peldaño de la escalera de un edificio.
Después supo que se había deslizado
como la nieve entre la maraña de sabanas,
Así supo de la pureza del suspiro después del arrebato.

Ahí la soñaba;
entre los tejados marchitos y los últimos peldaños de la medianoche;
ahí donde nada sería capaz de igualar su loca aventura
de algún día desentrañado ¡No sé cuando!.
Ni siquiera lo hizo la nieve de mis sienes;
ni siquiera los recuerdos de esa noche que no me aquietaba.
Fue casi como una historia desvencijada por el calendario aquel;
el de los mil días y varias rotaciones más;,
el que simplemente no se adormece
y continúa haciendo caso omiso a los intentos por detenerla.

Si no fuera por que estaba enredada en un sueño y mis sábanas,
jamás la habría despertado.
No era necesario, por que en sus peores momentos
hasta el insomnio le sentaba.
Desde entonces encierro los fantasmas en un mueble provenzal
que alguna vez copié de una revista en el velador.

Sin embargo se cuela entre mi ventana y las nubes que la quisieran atrapar
Y se esconde de mis ardores como si temiera mi desnudez.
Y nada le digo cuando provocativa, ella se baña desnuda
sin que nada obture su pálida sensualidad.


POESÍA INEDITA GALARDONADA POR FIN-LALISTA
Poesía Reflexiva finalista del concurso “Por fin dije lo que dije” Por su aporte a lo último de lo último en poesillas hip-pano-lalista.
El millonario Cheque del galardón se lo entregó un delfín por reunir el perfil de un finalista.