miércoles

POE-SILLA Nº 22 AMORTAJADO POR LAS SABANAS DE UN MAL DORMIR

¿Y que hay si me da la majadería del pataleo en el camastro ajeno?
Y hacerlo hasta despertarme de un sopetón y sin resacas,
como si quisiera sacudirme esta enorme pesadilla.
 Hacerlo hasta despilfarrarme como una monetiforme negra en un casino de camaradería.
Esto por cierto no es por efecto de una POE-SILLA
Tanto es el amortajamiento de mis devaneos clásicos.
 Tanto es así lo del resquebrajamiento durante las mil sábanas;
que entre enredos me levanto un sábado por este instante deseando abrir mis ojos,
para ver aunque sea tan sólo por un instante el oriente,
y la desnudez casi taciturna de La Luna.
Los bastiones de un guerrero se empequeñecen ante la bravura de tu cuerpo
delineado para un obelisco trashumante.
¡Es cierto!
Debido a esto me fracturé en mil pedazos
- Fui recogido en la acera del tablón del frente.
Me detuve en otros mil párpados almacenados.
¡Y claro! Un cerrojo de tu mirada me cautivó para siempre.
Lo hizo hasta después de haber vivido un sigilo en otros candelabros.
Como hago entonces para descorchar otras tantas vasijas para el olvido.
¿Que hago para dejar de escribir renglones rimados acurrucado en esta acanalada techumbre?
¿Quien impedirá durante el peor de los casos;
que sea empotrada esa arritmia logarítmica más parecida a un hormigueo?
¿Quien arrancará mi cuerpo de tus sábanas adormecidas?