El secreto del morro moreno; la descarada cara de un cara dura de la litera dura que finalmente no supo inflar el profiláctico de caucho. Y las lágrimas de un pirómano del amor; del querendón que ahora ilumina la ruta de los que no saben doblar las esquinas.Actualizado hoy después de ayer, por Veri Cueto (www.Chiguay.cl) Copyright ©
La urbe pencopolitana supo del poligénito bueno para la pichanga y del revoltoso concho del chuico; también se enteró de la que finalmente obstruyó definitivamente la descendencia heroica del casi vate “Tanta regla para esto del cabrerío, digo yo”
¿Cómo cumplir el sueño de cada mina suelta por ahí? ¿Cómo es posible que ahora, además, sea necesario exponer la obra en tribunales? sacarse la contumelia trabajando para eso de las pensiones alimenticias y, más encima, ser un pecador ante la mirada de la sotana.
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